Estamos en enero, una época en la que las personas, los equipos y las organizaciones se fijan objetivos para el año que empieza. Las cosas suelen empezar bien. Descansados de las vacaciones, nos comprometemos con nuestros objetivos y empezamos con entusiasmo. Sin embargo, con demasiada frecuencia, pronto caemos en lo que yo llamo la “trampa de la actividad”. Estamos ocupados trabajando en tareas, pero no necesariamente en las tareas que nos llevarán a alcanzar nuestros objetivos. Esto se aplica tanto a los líderes como a sus subordinados directos.
Los tres pasos siguientes te ayudarán a ti y a tu personal a cumplir tus compromisos y alcanzar tus objetivos este año.
Primer paso: fijar objetivos claros
La razón número uno por la que la gente no alcanza sus objetivos es porque se fijan metas poco específicas y poco claras. Por eso, “Todo buen rendimiento comienza con objetivos claros” es una de las sencillas verdades fundamentales sobre las que escribo en mi nuevo libro con Randy Conley, The Simple Truths of Leadership Playbook.
Para establecer objetivos claros como el cristal, empieza con una descripción concisa de lo que hay que conseguir exactamente y para cuándo. Crea una imagen detallada de cómo es un buen trabajo. Si trabaja con un subordinado directo, pídale que describa el objetivo con sus propias palabras, para asegurarte de que ambos coinciden en sus ideas. Los objetivos deben anotarse, para poder comparar después lo que se ha conseguido con lo que se quería conseguir.
Cuando una persona no alcanza un objetivo, en lugar de avergonzarla o culparla, pregúntate: ¿He dejado claro el objetivo? Si la respuesta es negativa, la culpa es tuya, no del subordinado directo. ¿Alguna vez te ha reprendido un jefe por no haber hecho bien una tarea, a pesar de que nunca te había dicho exactamente lo que tenías que hacer? No sienta muy bien. Como líder, asegúrate de no cometer el mismo error.
Segundo paso: limitar el número de objetivos
La segunda razón por la que la gente no consigue sus objetivos es que tiene demasiados.
Para mí es difícil, porque me interesa hacer muchas cosas. Pero he aprendido que cuando me comprometo demasiado, inevitablemente no cumplo lo prometido. Como todo el mundo, sólo tengo 24 horas al día y un límite de energía.
A la hora de elegir tus objetivos para el año, ten en cuenta el principio de Pareto: El 80% de los resultados que busques vendrán del 20% del trabajo que hagas. ¿Qué es lo más importante que tienes que hacer para conseguir los resultados que deseas? ¿Lo segundo más importante? ¿Lo tercero? Céntrate en esas tres.
Tercer paso: Trabajen juntos para cumplir sus objetivos
Los índices de éxito de los propósitos de Año Nuevo son desalentadores. Los estudios demuestran que aproximadamente el 80% de los propósitos de Año Nuevo fracasan. Eso se debe a que anunciar un compromiso no es lo mismo que mantenerlo. Para eso se necesita apoyo. Una vez fijados los objetivos, con demasiada frecuencia lo hacemos solos, o dejamos que nuestros subordinados directos lo hagan solos.
Dado que gran parte de la mano de obra actual se siente desvinculada del trabajo que realiza, es fundamental que los directivos adopten un enfoque de liderazgo de servicio con sus subordinados directos. Esto significa trabajar juntos en la consecución de los objetivos, de modo que cada uno pueda exigir responsabilidades al otro.
Resista la tendencia a anteponer sus necesidades a las de sus seguidores. Antes de adoptar un estilo de liderazgo delegador, averigüe qué necesita su subordinado directo para alcanzar el objetivo. ¿Necesitan más dirección y recursos? ¿Necesitan apoyo emocional? Adapte su estilo de liderazgo en consecuencia.
Por último, asegúrate de recibir la dirección y el apoyo que necesita para alcanzar tus propios objetivos. Si tu líder no está disponible para proporcionarte lo que necesitas, busca un mentor o entrenador. Tus posibilidades de éxito serán mucho mayores si cuentas con un compañero responsable.
Se han escrito libros enteros sobre la ciencia de la consecución de objetivos, pero no tiene por qué ser tan complicado. Estos tres sencillos pasos -establecer objetivos claros como el cristal, limitar el número de objetivos y trabajar juntos en los objetivos- le llevarán muy lejos hacia el resultado deseado. Póngalos en práctica hoy mismo.
El Dr. Ken Blanchard es cofundador y Director Espiritual de Blanchard®
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Estamos en enero, una época en la que las personas, los equipos y las organizaciones se fijan objetivos para el año que empieza. Las cosas suelen empezar bien. Descansados de las vacaciones, nos comprometemos con nuestros objetivos y empezamos con entusiasmo. Sin embargo, con demasiada frecuencia, pronto caemos en lo que yo llamo la “trampa de la actividad”. Estamos ocupados trabajando en tareas, pero no necesariamente en las tareas que nos llevarán a alcanzar nuestros objetivos. Esto se aplica tanto a los líderes como a sus subordinados directos.
Los tres pasos siguientes te ayudarán a ti y a tu personal a cumplir tus compromisos y alcanzar tus objetivos este año.
Primer paso: fijar objetivos claros
La razón número uno por la que la gente no alcanza sus objetivos es porque se fijan metas poco específicas y poco claras. Por eso, “Todo buen rendimiento comienza con objetivos claros” es una de las sencillas verdades fundamentales sobre las que escribo en mi nuevo libro con Randy Conley, The Simple Truths of Leadership Playbook.
Para establecer objetivos claros como el cristal, empieza con una descripción concisa de lo que hay que conseguir exactamente y para cuándo. Crea una imagen detallada de cómo es un buen trabajo. Si trabaja con un subordinado directo, pídale que describa el objetivo con sus propias palabras, para asegurarte de que ambos coinciden en sus ideas. Los objetivos deben anotarse, para poder comparar después lo que se ha conseguido con lo que se quería conseguir.
Cuando una persona no alcanza un objetivo, en lugar de avergonzarla o culparla, pregúntate: ¿He dejado claro el objetivo? Si la respuesta es negativa, la culpa es tuya, no del subordinado directo. ¿Alguna vez te ha reprendido un jefe por no haber hecho bien una tarea, a pesar de que nunca te había dicho exactamente lo que tenías que hacer? No sienta muy bien. Como líder, asegúrate de no cometer el mismo error.
Segundo paso: limitar el número de objetivos
La segunda razón por la que la gente no consigue sus objetivos es que tiene demasiados.
Para mí es difícil, porque me interesa hacer muchas cosas. Pero he aprendido que cuando me comprometo demasiado, inevitablemente no cumplo lo prometido. Como todo el mundo, sólo tengo 24 horas al día y un límite de energía.
A la hora de elegir tus objetivos para el año, ten en cuenta el principio de Pareto: El 80% de los resultados que busques vendrán del 20% del trabajo que hagas. ¿Qué es lo más importante que tienes que hacer para conseguir los resultados que deseas? ¿Lo segundo más importante? ¿Lo tercero? Céntrate en esas tres.
Tercer paso: Trabajen juntos para cumplir sus objetivos
Los índices de éxito de los propósitos de Año Nuevo son desalentadores. Los estudios demuestran que aproximadamente el 80% de los propósitos de Año Nuevo fracasan. Eso se debe a que anunciar un compromiso no es lo mismo que mantenerlo. Para eso se necesita apoyo. Una vez fijados los objetivos, con demasiada frecuencia lo hacemos solos, o dejamos que nuestros subordinados directos lo hagan solos.
Dado que gran parte de la mano de obra actual se siente desvinculada del trabajo que realiza, es fundamental que los directivos adopten un enfoque de liderazgo de servicio con sus subordinados directos. Esto significa trabajar juntos en la consecución de los objetivos, de modo que cada uno pueda exigir responsabilidades al otro.
Resista la tendencia a anteponer sus necesidades a las de sus seguidores. Antes de adoptar un estilo de liderazgo delegador, averigüe qué necesita su subordinado directo para alcanzar el objetivo. ¿Necesitan más dirección y recursos? ¿Necesitan apoyo emocional? Adapte su estilo de liderazgo en consecuencia.
Por último, asegúrate de recibir la dirección y el apoyo que necesita para alcanzar tus propios objetivos. Si tu líder no está disponible para proporcionarte lo que necesitas, busca un mentor o entrenador. Tus posibilidades de éxito serán mucho mayores si cuentas con un compañero responsable.
Se han escrito libros enteros sobre la ciencia de la consecución de objetivos, pero no tiene por qué ser tan complicado. Estos tres sencillos pasos -establecer objetivos claros como el cristal, limitar el número de objetivos y trabajar juntos en los objetivos- le llevarán muy lejos hacia el resultado deseado. Póngalos en práctica hoy mismo.
El Dr. Ken Blanchard es cofundador y Director Espiritual de Blanchard®