Si algo podemos afirmar con certeza es que el futuro del trabajo será humano, híbrido y equitativo. Y es que, definitivamente, hemos logrado superar el punto en el que la hibridez se concebía con un concepto borroso y prácticamente inalcanzable para muchas organizaciones.
Ahora contamos con numerosas investigaciones y experiencias para comprender mejor lo que significa trabajar en un mundo híbrido. Y de la misma manera, entender aquello que funciona y aquello que no.
Y aunque este modelo de trabajo se presenta todavía como un gran experimento en curso y en Witco somos conscientes de ello a diario—, el camino recorrido hasta ahora nos permite ya extraer algunas conclusiones.
Es un modelo de trabajo centrado en las personas
Este modelo de trabajo se ha posicionado como una propuesta plenamente centrada en las personas y en esquemas flexibles. Así, la hibridez propone alcanzar la productividad, ya no a través de la disciplina, sino mediante el bienestar de las personas.
Dicho de otra manera, es una estructura que opta por promover una experiencia de trabajo positiva poniendo el foco en sus colaboradores y colaboradoras. ¿Cómo? Brindándoles autonomía y flexibilidad para así conciliar la vida profesional y la personal.
Cabe destacar un reciente estudio realizado por Gartner, el cual nos revela que la productividad de los trabajadores mejora hasta un 54% cuando trabajan en entornos que les proporcionan experiencias laborales flexibles, colaborativas y bajo un liderazgo empático.
Mientras que sólo un 36% asegura sentirse productivo cumpliendo un horario de oficina convencional. Es por eso que entender conceptos como los de «flexibilidad», «colaboración», «empatía» y «equidad» —entre otros— son clave para comprender esta nueva era del trabajo. Consideremos, pues, a los colaboradores, ya no como empleados, sino como las personas que son. Personas con una vida más allá de su puesto de trabajo. Porque un trabajador feliz
es, definitivamente, el principal activo que puede poseer una empresa.
Requiere de una oficina igualmente híbrida
Expertos de todo el mundo especularon —a principios de la pandemia— que el modelo híbrido reformaría no solo las funciones que se atañen a la oficina, sino también cómo se verían estas físicamente. Recordemos que, tradicionalmente, las oficinas se han construido alrededor de escritorios
individuales y estáticos. Y recordemos también que aunque nuestras jornadas laborales giraran alrededor de diferentes tareas que requerían de diferentes entornos, nuestros espacios de trabajo se mantenían, así, individuales y estáticos.
¿Qué tipo de espacio de trabajo propone el modelo híbrido? Un espacio que combate el aislamiento del trabajo individual, facilitando las colaboraciones en persona y esa flexibilidad que comentábamos en párrafos anteriores. Y esto se debe a que los trabajadores ven la oficina como un lugar para la colaboración, la interacción y la conexión significativa con sus compañeros.
Por consiguiente, estas interacciones ayudan a inspirar a las personas en formas que incluyen, y van mucho más allá, de la colaboración. De tal manera que la oficina se convierte en un destino mucho más atractivo para los colaboradores y colaboradoras.
En efecto, el rol de las oficinas está transitando hacia un entorno de trabajo más intencional definido por su capacidad para unir personas y equipos. Por lo que este cambio viene marcado por implicaciones para el diseño de la oficina, la planificación y la equidad en el lugar de trabajo. Todo ello para equilibrar las experiencias de los colaboradores que teletrabajan y de los que se acercan a la oficina presencialmente.
Precisa de una fuerza tecnológica adecuada
La tecnología es clave en esta transición hacia el trabajo híbrido, ya que refuerza los nuevos flujos de trabajo entre las personas y sus espacios de trabajo. Y no solamente estamos hablando de herramientas como zoom, teams o slack. Sino, más bien, de esas nuevas tecnologías que facilitan el funcionamiento de las oficinas híbridas o flex offices. Y, de igual manera, de las tecnologías que posibilitan una mejora en la eficiencia, la productividad, la comunicación y la toma de decisiones que estimulan y mueven toda la organización.
Para comprender aún mejor las necesidades de cada colaborador, existen soluciones digitales —como la que trabajamos en Witco— que permiten convertir los flujos de trabajo en unos más flexibles, eficientes y bien comunicados. Soluciones, en forma de app, que incluyen integraciones personalizadas como un panel de noticias, un directorio exclusivo para los colaboradores, e incluso un marketplace interno.
Igualmente, con toda la información relevante para las organizaciones para monitorear, solucionar problemas y administrar toda la infraestructura laboral.
No obstante, conviene subrayar que esta revolución tecnológica no pretende sustituir de ninguna manera a las personas. Pretende, nada más y nada menos, brindarles mayor tiempo para así explotar todo el talento que guardan. De ahí la motivación y el compromiso de los colaboradores, que ahora se encuentran, por fin, alineados con su reinventada cultura corporativa.
Trabajo híbrido, mente abierta
Estas tres lecciones son sólo las primeras bases asentadas para entender cómo se construye una cultura híbrida exitosa. No obstante, algo que deben tener en cuenta todas las empresas que deciden transitar a la hibridez, es que es imprescindible hacer un cambio
de mentalidad. Porque, distinto a lo que muchos piensan, la mentalidad es el reto mayor que deben afrontar los líderes empresariales. Aún más que el conjunto de habilidades que pueden dirigir a las compañías por el camino del éxito.
Responder a este reto con confianza y evolucionar con ello no es tarea fácil. Pero tampoco es una utopía. Y este giro de 180º se resume en adoptar perspectivas más amplias vinculadas con la inteligencia emocional y la resiliencia para gestionar equipos híbridos. En definitiva, hablamos ahora de una mentalidad abierta, flexible y empática.
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Si algo podemos afirmar con certeza es que el futuro del trabajo será humano, híbrido y equitativo. Y es que, definitivamente, hemos logrado superar el punto en el que la hibridez se concebía con un concepto borroso y prácticamente inalcanzable para muchas organizaciones.
Ahora contamos con numerosas investigaciones y experiencias para comprender mejor lo que significa trabajar en un mundo híbrido. Y de la misma manera, entender aquello que funciona y aquello que no.
Y aunque este modelo de trabajo se presenta todavía como un gran experimento en curso y en Witco somos conscientes de ello a diario—, el camino recorrido hasta ahora nos permite ya extraer algunas conclusiones.
Es un modelo de trabajo centrado en las personas
Este modelo de trabajo se ha posicionado como una propuesta plenamente centrada en las personas y en esquemas flexibles. Así, la hibridez propone alcanzar la productividad, ya no a través de la disciplina, sino mediante el bienestar de las personas.
Dicho de otra manera, es una estructura que opta por promover una experiencia de trabajo positiva poniendo el foco en sus colaboradores y colaboradoras. ¿Cómo? Brindándoles autonomía y flexibilidad para así conciliar la vida profesional y la personal.
Cabe destacar un reciente estudio realizado por Gartner, el cual nos revela que la productividad de los trabajadores mejora hasta un 54% cuando trabajan en entornos que les proporcionan experiencias laborales flexibles, colaborativas y bajo un liderazgo empático.
Mientras que sólo un 36% asegura sentirse productivo cumpliendo un horario de oficina convencional. Es por eso que entender conceptos como los de «flexibilidad», «colaboración», «empatía» y «equidad» —entre otros— son clave para comprender esta nueva era del trabajo. Consideremos, pues, a los colaboradores, ya no como empleados, sino como las personas que son. Personas con una vida más allá de su puesto de trabajo. Porque un trabajador feliz
es, definitivamente, el principal activo que puede poseer una empresa.
Requiere de una oficina igualmente híbrida
Expertos de todo el mundo especularon —a principios de la pandemia— que el modelo híbrido reformaría no solo las funciones que se atañen a la oficina, sino también cómo se verían estas físicamente. Recordemos que, tradicionalmente, las oficinas se han construido alrededor de escritorios
individuales y estáticos. Y recordemos también que aunque nuestras jornadas laborales giraran alrededor de diferentes tareas que requerían de diferentes entornos, nuestros espacios de trabajo se mantenían, así, individuales y estáticos.
¿Qué tipo de espacio de trabajo propone el modelo híbrido? Un espacio que combate el aislamiento del trabajo individual, facilitando las colaboraciones en persona y esa flexibilidad que comentábamos en párrafos anteriores. Y esto se debe a que los trabajadores ven la oficina como un lugar para la colaboración, la interacción y la conexión significativa con sus compañeros.
Por consiguiente, estas interacciones ayudan a inspirar a las personas en formas que incluyen, y van mucho más allá, de la colaboración. De tal manera que la oficina se convierte en un destino mucho más atractivo para los colaboradores y colaboradoras.
En efecto, el rol de las oficinas está transitando hacia un entorno de trabajo más intencional definido por su capacidad para unir personas y equipos. Por lo que este cambio viene marcado por implicaciones para el diseño de la oficina, la planificación y la equidad en el lugar de trabajo. Todo ello para equilibrar las experiencias de los colaboradores que teletrabajan y de los que se acercan a la oficina presencialmente.
Precisa de una fuerza tecnológica adecuada
La tecnología es clave en esta transición hacia el trabajo híbrido, ya que refuerza los nuevos flujos de trabajo entre las personas y sus espacios de trabajo. Y no solamente estamos hablando de herramientas como zoom, teams o slack. Sino, más bien, de esas nuevas tecnologías que facilitan el funcionamiento de las oficinas híbridas o flex offices. Y, de igual manera, de las tecnologías que posibilitan una mejora en la eficiencia, la productividad, la comunicación y la toma de decisiones que estimulan y mueven toda la organización.
Para comprender aún mejor las necesidades de cada colaborador, existen soluciones digitales —como la que trabajamos en Witco— que permiten convertir los flujos de trabajo en unos más flexibles, eficientes y bien comunicados. Soluciones, en forma de app, que incluyen integraciones personalizadas como un panel de noticias, un directorio exclusivo para los colaboradores, e incluso un marketplace interno.
Igualmente, con toda la información relevante para las organizaciones para monitorear, solucionar problemas y administrar toda la infraestructura laboral.
No obstante, conviene subrayar que esta revolución tecnológica no pretende sustituir de ninguna manera a las personas. Pretende, nada más y nada menos, brindarles mayor tiempo para así explotar todo el talento que guardan. De ahí la motivación y el compromiso de los colaboradores, que ahora se encuentran, por fin, alineados con su reinventada cultura corporativa.
Trabajo híbrido, mente abierta
Estas tres lecciones son sólo las primeras bases asentadas para entender cómo se construye una cultura híbrida exitosa. No obstante, algo que deben tener en cuenta todas las empresas que deciden transitar a la hibridez, es que es imprescindible hacer un cambio
de mentalidad. Porque, distinto a lo que muchos piensan, la mentalidad es el reto mayor que deben afrontar los líderes empresariales. Aún más que el conjunto de habilidades que pueden dirigir a las compañías por el camino del éxito.
Responder a este reto con confianza y evolucionar con ello no es tarea fácil. Pero tampoco es una utopía. Y este giro de 180º se resume en adoptar perspectivas más amplias vinculadas con la inteligencia emocional y la resiliencia para gestionar equipos híbridos. En definitiva, hablamos ahora de una mentalidad abierta, flexible y empática.