- Ocho de cada diez encuestados en un sondeo de CBRE y DCH a más de 300 empresas aseguran que seguirán teletrabajando cuando se recupere la normalidad. En torno a la mitad, lo haría desde espacios de coworking o flex próximos a su domicilio.
- Coordinarse a distancia con los compañeros y con los clientes y el incremento de la jornada laboral, principales retos del trabajo en remoto.
- Casi la mitad de los directivos de Recursos Humanos que participaron del estudio en representación de sus empresas considera que la cultura del teletrabajo todavía no está interiorizada en España.
Hasta hace unos meses, el trabajo en remoto era una medida de flexibilización escasamente implantada en España, pero el confinamiento causado por el COVID-19 ha cambiado radicalmente esta situación. Así, un estudio elaborado por DCH – Organización Internacional de Directivos de Capital Humano, en colaboración con CBRE, pone de manifiesto que el teletrabajo ha llegado para quedarse entre los trabajadores, pero que todavía debe interiorizarse en la cultura organizativa de las empresas.
Así, varias encuestas realizadas a representantes de más de 300 empresas (que suman más de 3.800 empleados) en sucesivas oleadas entre abril y junio ponen de manifiesto una contundente conclusión: pese a la experiencia limitada o inexistente en trabajo en remoto de la mayoría de los encuestados (aproximadamente siete de cada diez encuestados), un 80% afirma que seguirán teletrabajando desde casa al menos un día a la semana cuando se recupere la normalidad.
“A pesar de la situación de confinamiento, el experimento de trabajo ha resultado positivo para los trabajadores y se percibe un mayor aumento de la productividad en ello. En todo caso se planten la alternancia de un modelo de presencia física en las oficinas con teletrabajo entre uno y tres días, dependiendo de la organización sus procesos”, esgrime Rubén Carreño, Head of Advisory Services en CBRE España a propósito de esta encuesta. “Esta flexibilidad permitirá al empleado trabajar desde distintos sitios, pero siempre en entornos adecuadamente acondicionados, para asegurar la seguridad del empleado y su productividad y a esto incluye también a las oficinas, ya sean tradicionales o flexibles como centros de negocio o coworkings”, añade.
De hecho, el estudio desvela que, pese a que el teletrabajo se asocia a trabajar desde casa, en torno a la mitad de los que han participado se plantearía hacerlo desde espacios de coworking o espacios flex próximos a su domicilio.
Las limitaciones actuales del teletrabajo: equipamiento, espacio y distancia
De todos modos, el estudio muestra que el teletrabajo no está exento de retos, algunos logísticos, como es no disponer del equipamiento necesario para teletrabajar de forma efectiva o la falta de un espacio o entorno; y otros, relacionados con la colaboración y la interacción que una oficina puede ofrecer a la plantilla. Así, la coordinación a distancia con compañeros es una limitación relevante a la que se enfrentan el 75% de los encuestados.
Sin embargo, el principal reto es la preocupación por el incremento de la jornada laboral: más de ocho de cada diez encuestados (incluidos los directivos de Recursos Humanos que han participado en el estudio en representación de sus empresas) asegura que el trabajo no presencial ha supuesto un aumento medio de dos horas en su jornada laboral.
“Como grandes retos a vencer para la implantación efectiva en el teletrabajo, más del 80% de las respuestas señalan el aumento de las horas de trabajo y un mayor esfuerzo mental, que se centra más en el aumento de reuniones que en el trabajo individual de concentración. Las distracciones en el hogar a la hora de teletrabajar también se han destacado como factor relevante, aunque se prevé que el fin del confinamiento y la recuperación de la nueva normalidad (por ejemplo, apertura de colegios) tienda a mitigar ese riesgo”, considera Carreño.
La incorporación del teletrabajo a la cultura corporativa: clave para Recursos Humanos
Por último, Carreño señala que “el teletrabajo es una medida que, en condiciones normales, a través de la flexibilización, persigue una mejora del bienestar del empleado y del equilibrio y la conciliación, que incide positivamente en la productividad, beneficiando a ambas partes. No es solo un cambio en la logística del espacio en el que se trabaja, sino que debe producirse un cambio en la cultura organizativa de la propia empresa”. Precisamente, el estudio muestra que, en el aspecto de la cultura organizativa de la empresa, son los directivos de recursos humanos los que más preocupados están. El 47% de ellos considera que el teletrabajo todavía no está interiorizado en España y provoca que se tenga que demostrar a superiores y compañeros que se está trabajando.
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- Ocho de cada diez encuestados en un sondeo de CBRE y DCH a más de 300 empresas aseguran que seguirán teletrabajando cuando se recupere la normalidad. En torno a la mitad, lo haría desde espacios de coworking o flex próximos a su domicilio.
- Coordinarse a distancia con los compañeros y con los clientes y el incremento de la jornada laboral, principales retos del trabajo en remoto.
- Casi la mitad de los directivos de Recursos Humanos que participaron del estudio en representación de sus empresas considera que la cultura del teletrabajo todavía no está interiorizada en España.
Hasta hace unos meses, el trabajo en remoto era una medida de flexibilización escasamente implantada en España, pero el confinamiento causado por el COVID-19 ha cambiado radicalmente esta situación. Así, un estudio elaborado por DCH – Organización Internacional de Directivos de Capital Humano, en colaboración con CBRE, pone de manifiesto que el teletrabajo ha llegado para quedarse entre los trabajadores, pero que todavía debe interiorizarse en la cultura organizativa de las empresas.
Así, varias encuestas realizadas a representantes de más de 300 empresas (que suman más de 3.800 empleados) en sucesivas oleadas entre abril y junio ponen de manifiesto una contundente conclusión: pese a la experiencia limitada o inexistente en trabajo en remoto de la mayoría de los encuestados (aproximadamente siete de cada diez encuestados), un 80% afirma que seguirán teletrabajando desde casa al menos un día a la semana cuando se recupere la normalidad.
“A pesar de la situación de confinamiento, el experimento de trabajo ha resultado positivo para los trabajadores y se percibe un mayor aumento de la productividad en ello. En todo caso se planten la alternancia de un modelo de presencia física en las oficinas con teletrabajo entre uno y tres días, dependiendo de la organización sus procesos”, esgrime Rubén Carreño, Head of Advisory Services en CBRE España a propósito de esta encuesta. “Esta flexibilidad permitirá al empleado trabajar desde distintos sitios, pero siempre en entornos adecuadamente acondicionados, para asegurar la seguridad del empleado y su productividad y a esto incluye también a las oficinas, ya sean tradicionales o flexibles como centros de negocio o coworkings”, añade.
De hecho, el estudio desvela que, pese a que el teletrabajo se asocia a trabajar desde casa, en torno a la mitad de los que han participado se plantearía hacerlo desde espacios de coworking o espacios flex próximos a su domicilio.
Las limitaciones actuales del teletrabajo: equipamiento, espacio y distancia
De todos modos, el estudio muestra que el teletrabajo no está exento de retos, algunos logísticos, como es no disponer del equipamiento necesario para teletrabajar de forma efectiva o la falta de un espacio o entorno; y otros, relacionados con la colaboración y la interacción que una oficina puede ofrecer a la plantilla. Así, la coordinación a distancia con compañeros es una limitación relevante a la que se enfrentan el 75% de los encuestados.
Sin embargo, el principal reto es la preocupación por el incremento de la jornada laboral: más de ocho de cada diez encuestados (incluidos los directivos de Recursos Humanos que han participado en el estudio en representación de sus empresas) asegura que el trabajo no presencial ha supuesto un aumento medio de dos horas en su jornada laboral.
“Como grandes retos a vencer para la implantación efectiva en el teletrabajo, más del 80% de las respuestas señalan el aumento de las horas de trabajo y un mayor esfuerzo mental, que se centra más en el aumento de reuniones que en el trabajo individual de concentración. Las distracciones en el hogar a la hora de teletrabajar también se han destacado como factor relevante, aunque se prevé que el fin del confinamiento y la recuperación de la nueva normalidad (por ejemplo, apertura de colegios) tienda a mitigar ese riesgo”, considera Carreño.
La incorporación del teletrabajo a la cultura corporativa: clave para Recursos Humanos
Por último, Carreño señala que “el teletrabajo es una medida que, en condiciones normales, a través de la flexibilización, persigue una mejora del bienestar del empleado y del equilibrio y la conciliación, que incide positivamente en la productividad, beneficiando a ambas partes. No es solo un cambio en la logística del espacio en el que se trabaja, sino que debe producirse un cambio en la cultura organizativa de la propia empresa”. Precisamente, el estudio muestra que, en el aspecto de la cultura organizativa de la empresa, son los directivos de recursos humanos los que más preocupados están. El 47% de ellos considera que el teletrabajo todavía no está interiorizado en España y provoca que se tenga que demostrar a superiores y compañeros que se está trabajando.